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OPINIÓN

7 de noviembre de 2023

La educación cooperativa es parte de la batalla cultural por un mundo mejor

“Si la humanidad continúa progresando, la forma de asociación que es de esperar predomine en definitiva no es la que existe entre un capitalista que actúa como jefe y un obrero que no tiene voz ni voto en la dirección, sino la asociación de los mismos trabajadores en condiciones de igualdad, poseyendo colectivamente el capital con el que realizan sus operaciones y trabajando bajo la dirección de personas que ellos mismos nombran y destituyen”. John Stuart Mill.

“El tipo de empresa cooperativo significa -entre otros- el hacer de las ocupaciones cotidianas una escuela de simpatías sociales”. John Stuart Mill.

 

 

 

Damos cuenta de la lectura y análisis de un artículo que valoramos, denominado “Educación en cooperativismo en la Universidad” de Natalia Stein y Verónica Haddad, presentado en el X Encuentro Latinoamericano de investigadores en cooperativismo: “Las cooperativas como constructoras de inclusión”. Publicada por la  Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires- 2018.

 

En la parte introductoria del trabajo las autoras plantean que “El Dr. Julio Olivera, quien hiciera un aporte sustantivo a las disquisiciones sobre la construcción simbólica del cooperativismo, postulaba en 1973 que todo sistema económico detenta un rol pedagógico, ya que opera como un dispositivo ideológico que moldea la subjetividad de los ciudadanos, orientando sus modos de actuar y de interpretar la realidad. “Todo sistema económico es, de modo inevitable, un sistema de pedagogía social.” (Olivera, 1973).

 

“El neoliberalismo, por caso, configura una construcción subjetiva cuyos rasgos fundamentales son la ponderación de los valores y reglas del mercado, la importancia de lo individual frente a lo colectivo, la competencia como eje de las relaciones, la mercantilización de los vínculos y la primacía de lo privado sobre lo público (Mecle Armiñana, 2001), dando como resultado un sujeto “íntegramente homogeneizado a una lógica empresarial, competitiva y comunicacional, medida todo el tiempo por su performance” (Alemán,2013)”.

 

Con esta introducción y los argumentos que consignamos en este trabajo, fundamos el marco conceptual en cuanto afirmamos que la educación cooperativa es parte de la batalla cultural por un mundo mejor.

 

Desde el punto de vista político este asunto de que “Todo sistema económico es, de modo inevitable, un sistema de pedagogía social.” (Olivera, 1973), es específicamente abordado por el Gral. Perón en su discurso de clausura del Primer Congreso de Cooperativas de Trabajo del año de 1954, al afirmar que “…Compañeros, cuando nosotros hemos luchado contra el individualismo, no lo hemos hecho porque el individualismo represente para nosotros una palabra poco simpática. Lo hemos hecho porque sabemos que el individualismo es la base del sistema capitalista y que cuando queremos destruir al sistema capitalista tenemos que empezar por destruir la causa, que es el individualismo”.

 

 

 

TEORIA ECONOMICA Y SISTEMA COOPERATIVO

 

Precisamente las autoras citadas rescatan el importantísimo y vigente trabajo del  Dr. Julio Olivera “Teoría económica y sistema cooperativo” y que nosotros reproducimos algunos párrafos muy significativos:

 

“La mayoría de los seres humanos pasan la mayor parte de su tiempo y de su vida ocupados en actividades económicas. Por esta causa, las circunstancias en que se desenvuelve el proceso económico afectan intensamente los caracteres de su personalidad. No existe en el mundo contemporáneo aparato de educación  que actúe de modo tan ubicuo y permanente como el sistema económico”.

 

“Esa influencia educadora puede ser positiva o negativa. Puede contribuir al desarrollo de las fuerzas espirituales u obstaculizar su desenvolvimiento. Puede despertar en el individuo el impulso creador y la iniciativa o acostumbrarlo a la repetición rutinaria. Puede afirmar en él los sentimientos de independencia y de responsabilidad, o convertirlo en instrumento dócil de la voluntad ajena. Puede fomentar en su espíritu  la solidaridad y el desinterés, o excitar las pasiones egoístas y antisociales”.

 

“Todo sistema económico es, de modo inevitable, un sistema de pedagogía social. El sistema cooperativo lo es deliberadamente. La posición única del cooperativismo entre las doctrinas sociales estriba en la importancia de primer orden que asigna a sus finalidades educadoras, sin que ello menoscabe su objetivo económico”.

 

Nosotros interpretamos que “…la importancia de primer orden que asigna (el cooperativismo) a sus finalidades educadoras, sin que ello menoscabe su objetivo económico”, se sustenta en que el cooperativismo emergió como respuesta y reacción ante las atrocidades del régimen de la Revolución industrial inglesa y por tanto, la educación es fundamental para sembrar en los corazones y mentes la subjetividad de que otra forma de empresa y vida social es posible por medio de la cooperación.

 

Pero esta siembra bondadosa de la educación cooperativa nunca resultó fácil ni propicio, con las excepciones que resultó la decisión política estatal al introducir la educación cooperativa escolar en el Segundo Plan Quinquenal del gobierno peronista. Precisamente esta circunstancia ratifica que la educación cooperativa es parte de la batalla cultural por un mundo mejor.

 

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!



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