Todo hizo eclosión el miércoles. La joven tomó a su mascota y la condujo a un lugar distante de su casa, en Villa Río Hondo. Allí, le ató en su cuello una soga. La imagen viralizada la muestra elevando al perrito, en improvisada polea sostenida en una rama de un árbol.

Ni bien las imágenes comenzaron a propagarse por celulares y redes sociales, numerosos proteccionistas formularon una denuncia ante la Subcomisaría de Villa Río Hondo. Al instante, reaccionó el fiscal Carlos Vega y sus colaboradores en base a la "infracción a la Ley 14.346 de maltrato animal".

Tamaño acto de crueldad animal y la reacción de la Justicia atrajo a la policía a la vivienda de la menor. Pese a tratarse de una joven inimputable, los funcionarios dialogaron con la madre de la adolescente.

En defensa, la mujer manifestó que su hija no dimensionó la magnitud de sus acciones; mucho menos, que con la soga ponía en riesgo la vida del animalito.

Sin preámbulo alguno, los funcionarios le manifestaron a la dueña de casa que el perrito no podía continuar en su vivienda. Sin objeciones, en menos de 30 minutos acordaron que la mascota pasaría a otras manos.

En la tarde, el perrito fue entregado a las autoridades de Fauna de la Provincia en la reserva de Tara Inti, distante 3 kilómetros de la ciudad. Éstas lo albergarán, provisoriamente, hasta tanto los proteccionistas le encuentren un hogar para cederlo en adopción.

Asimismo, la Fiscalía habría instado a la mujer a respaldar y acompañar a la adolescente con asistencia psicológica, ya que no es habitual que alguien busque "divertirse" con el sufrimiento de un perrito, que bien podría haber muerto en ese "proceso".

Lejos de los grises de toda persona, el perrito pasó la anoche en Fauna y los proteccionistas eran optimistas en que hoy aparecerá una familia deseosa de brindarle un nuevo hogar. /El Liberal