Pasaron tres semanas de las PASO y quedan otras siete para las elecciones presidenciales, que podrían definir al nuevo o nueva ocupante del Sillón de Rivadavia en diciembre o bien dejar a dos candidatos en carrera para medirse en un mano a mano en noviembre, tal como ocurriera en 2015 con Mauricio Macri y Daniel Scioli.

En este contexto, luego de su resonante triunfo en las primarias, el líder de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, suavizó en parte su discurso. Esto se vio especialmente en dos temas: el de la dolarización -ya que  está explicando que se trata de un proceso paulatino que bien podría no concretarse incluso en un mandato presidencial completo- y el del fuerte achicamiento del Estado y del gasto social, dado que tanto los planes sociales como los empleos públicos en principio se mantendrán, a la vez que se buscará ir capacitando tanto a beneficiarios como a empleados para poder insertarse a futuro en el mercado laboral privado. De todos modos, persiste en formular muy polémicas declaraciones a la hora de ratificar su defensa irrestricta tanto de la libertad individual como de la propiedad privada.

En cuanto a Patricia Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio (JxC) asumió la necesidad de apoyarse en un economista de renombre como Carlos Melconian para salir a disputarle terreno a Milei, a la par de que ratifica su discurso de combatir tanto al delito común como al narcotráfico e incluso a las protestas sociales que impliquen cortes de calles o rutas, todo en función de la palabra que parece haber elegido para esta etapa: orden.