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ECONOMÍA

28 de agosto de 2023

Bahillo: "Si interrumpimos el comercio con China y Brasil, el perjuicio será mayor al de la sequía"

El secretario de Agricultura resaltó la relevancia del ingreso a los BRICS, debatió con los cuestionamientos de Milei y Bullrich y dijo que "en el comercio exterior no existen relaciones que sean estrictamente entre privados".

Juan José Bahillo es el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca. El entrerriano llegó en agosto de 2022, cuando Sergio Massaaterrizó en el Ministerio de Economía y comenzó a designar a su equipo. Durante la semana conduce la política agropecuaria, atravesada por “la peor sequía que vivió la historia de nuestro país”, según la define. Los sábados a la mañana, en cambio, busca un tiempo de dedicación al tambo que posee en Gualeguaychú, entre las rutas 14 y 20.

“¿El mate lo hiciste cómo lo haces siempre?”, le preguntó uno de los asistentes del ministro, conectado por zoom, con la señal de internet que caracteriza a las zonas alejadas de los puntos neurálgicos. “Con la leña y la vieja pava, bien quemada”, respondió. Desde Entre Ríos, Bahillo habló con Ámbito de la importancia de la incorporación de Argentina a los BRICS, aclaró que no se traducirá inmediatamente en la ampliación de las relaciones comerciales pero que genera nuevas oportunidades. También respondió a la propuesta de eliminar el rol del Estado y limitar el vínculo comercial al sector privado. “Somos muy respetados y demandados, pero por especulaciones políticas, frustraciones personales, profecías autocumplidas o por pronosticadores de desgracias, se ponen en duda nuestras capacidades desde lo productivo y no valoran a nuestros productores”, sentenció.

Periodista: ¿Por qué considera relevante que Argentina pueda formar parte de los BRICS?

Juan José Bahillo: Porque Argentina empezará a formar parte activa de un grupo de economías emergentes, pero algunas de ellas ya muy consolidadas y con fuerte vínculo comercial con nuestro país.

P.: ¿Su inserción traerá aparejado el robustecimiento de las relaciones comerciales con los países que integran los BRICS?

J.J.B.: El ingreso no necesariamente implica un fortalecimiento comercial, pero sí se entiende como un acercamiento en lo político, que permite generar nuevas oportunidades de comercio. En esta alianza está Brasil, China e India, que son los principales destinos de nuestros mercados, además de la Unión Europea. De los cuatro destinos más importantes, tres integran los BRICS. Tenemos una mirada compartida sobre los desafíos por delante y lo que necesita el mundo para estos tiempos, por lo cual esta decisión incrementa nuestra posición política.

P.: En ese sentido, ¿se podría deducir que Argentina abre paso para expandir sus negocios y ubicarse, con el tiempo, como una de las principales proveedoras de sus recursos estratégicos?

J.J.B.: Hay que ser serios y responsables con las definiciones. La inserción de Argentina no genera un traslado automático a un mayor intercambio comercial, pero sí produce mayor vínculo con los países, porque los intercambios comerciales también están acompañados de gestualidades políticas.

P.: ¿Son intrínsecamente necesarias esas gestualidades para relacionarse con otros países en términos comerciales, o bien el comercio puede limitarse a la relación entre privados, como plantea Javier Milei?

J.J.B.: En el comercio exterior no existen relaciones que sean estrictamente entre privados. En nuestro sector, por ejemplo, si no intervienen las autoridades sanitarias de ambos países para reconocer el estatus sanitario de lo que se comercializa, no hay acuerdo comercial posible. Por caso, si no hubiera acuerdo entre el SENASA y la Administración General de Aduanas de la República Popular China, Argentina no podría ingresar los alimentos a China. No tener contacto desde lo institucional es interrumpir el flujo comercial, independientemente de los acuerdos que el sector privado quiera hacer.

P.: ¿Cuál es el peso de las exportaciones a los tres países del BRICS con los que más comercializa Argentina (Brasil, China e India)?

J.J.B.: Muy significativo. El 75% de la carne vacuna exportada tiene como destino China, lo mismo con la carne aviar, en un 60%. Para Argentina, Brasil representa el tercer destino de las exportaciones de trigo. Entre China y Brasil se generan alrededor de u$s28.000 millones de exportaciones. Si interrumpimos el comercio con esos dos países, tendremos un perjuicio mayor al de la sequía, en términos de volumen de exportaciones e ingreso de divisas.

P.: Sin embargo, el contrapunto de la oposición que explicaría la ruptura de los vínculos comerciales, tiene que ver con la incompatibilidad ideológica con los países que conforman los BRICS. ¿Es posible, bajo la actual lógica multipolar, pensar el comercio desde este lugar?

J.J.B.: A menos que haya una circunstancia puntual, las relaciones se rigen por el pragmatismo comercial. Eso explica que el intercambio entre Estados Unidos y China sea uno de los más importantes del mundo. Además, solo interrumpiendo las exportaciones a China, se ponen alrededor de 100.000 puestos de trabajo en riesgo, vinculados al sector vacuno y avícola. No solo es menos ingreso de dólares, también desencadenaría un desempleo importante en el país.

P.: Marcaría, además, un desincentivo a la búsqueda de la desdolarización, indirectamente planteada con este tipo de acuerdos.

J.J.B.: Ya se está comerciando con yuanes, no solo con dólares, a partir del convenio entre ambos países que firmó Massa y que empezó a plasmarse concretamente en junio.

P.: ¿Qué otro tipo de mercados está mirando Argentina?

J.J.B.: Siempre estamos mirando nuevos mercados. México para el sector vitivinícola, Estados Unidos para el cítrico, frutos secos a China, menudencias porcinas y bovinas a Japón, el ingreso de la carne a Corea, entre otros. El desarrollo y el crecimiento de la cadena de valor agroalimentaria tiene que venir acompañado del sector exportador, hay que salir de la lógica de mercado interno versus mercado externo. Además, avanzamos con el sistema de siembra directa, con la biotecnología, la industria y maquinaria necesaria. La agenda de los alimentos es de renovación permanente, pero no se valora el respeto que nos tienen en el mundo a la hora de reconocernos como productores de alimentos de cantidad, calidad y la inocuidad de los mismos. Somos muy respetados y demandados, pero por especulaciones políticas, frustraciones personales, profecías autocumplidas o por pronosticadores de desgracias, se ponen en duda nuestras capacidades desde lo productivo y no valoran a nuestros productores.

P.: La relación con los productores atravesó altibajos, en el marco complejo que ofreció la sequía y las consecuencias vigentes. ¿Cuál es el saldo que del vínculo con el sector?

J.J.B.: Es bueno, pero eso no significa que no haya habido tensiones y diferencias, situaciones críticas. Venimos de vivir la peor sequía de la historia de nuestro país. El principal afectado fue el productor y por eso se enoja, se frustra, porque ve que el esfuerzo de dos años no está plasmado en resultados económicos. Desde el Estado generamos herramientas, declaramos la Ley de Emergencia Agropecuaria, dimos créditos. Fue una inversión de más de u$s200 millones; puede ser opinable, pero yo te aseguro que no fue poco. Puede que no hayamos llegado a algún productor y sienta que el Estado no lo acompañó, no somos infalibles, pero aplicamos muchas medidas y mantuvimos cercanía con el sector. No hubo paros indeterminados o lockout, y eso habla de la responsabilidad de los productores y las entidades gremiales.

P.: ¿Ya pasó el peor momento de la sequía? ¿Cuáles son las expectativas por delante?

J.J.B.: Las expectativas son las mejores. Ya recuperamos el área sembrada de trigo, por lo cual podemos estimar que vamos a estar en más de 18 millones de toneladas, y la expectativa para la soja y el maíz es muy buena porque los pronósticos climáticos mejoraron para la cosecha gruesa. Vamos a tener muy buenos números el año que viene. (ambito)



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