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SOCIEDAD

14 de septiembre de 2024

Se hizo pasar por prostituta y rescató a su nieta que estaba secuestrada por una red de trata

En el sexto piso de un edificio del centro de Mar del Plata, una adolescente de 17 años vivió 21 días de terror después de haber sido secuestrada por una red de trata. La drogaron, la golpearon y abusaron sexualmente de ella.

Sus captores la ofrecían a distintos clientes que pagaban 20 mil pesos por violarla. De no haber sido por la valentía de su abuela, una mujer de 58 años con un coraje admirable, quizás la joven nunca hubiera regresado a su casa.

Sentada frente a la cámara, con los nervios a flor de piel y con las manos entrelazadas, B.I -se preserva su verdadero nombre- comenzó a relatar el calvario que padeció durante las tres semanas en las que estuvo cautiva su nieta, a quien considera como su hija, ya que la crió prácticamente desde que era una beba. Hoy la nena le dice “mamá” y no se despega ni un minuto de su lado.

B.I fue clara y precisa. Se emocionó y lloró. A lo largo de la entrevista con TN, abrió su corazón y aportó detalles aterradores, pero que son importantes para entender esta trama oscura que parece salida de una ficción.


Se infiltró en una red de trata y rescató a su nieta

Eran las 19 del 22 de enero. Pleno verano y el sol estaba a punto de esconderse. P.C -se resguarda la identidad de la joven- había hablado a través de Marketplace con una mujer para hacer un trueque de ropa.

Durante la conversación, quedaron en encontrarse en la esquina de Av. Constitución y Della Paolera. Mientras estaban hablando y mirando las remeras que la chica había llevado para intercambiar, una camioneta frenó delante de ellas, una persona bajó, agarró del brazo a P.C y se la llevó a la fuerza.

Del trayecto, la adolescente no recuerda nada. Está segura de que le pusieron un algodón en la boca y con eso la doparon. Cuando despertó, ya estaba dentro de un departamento, rodeada de personas completamente desconocidas, salvo una: la mujer que había conocido por Facebook. “Dale, dale. Vamos a trabajar”, le dijo.

B.I se enteró de todo recién cuando pudo rescatar a su nieta. Le llevó tres semanas de agonía. Por sus propios medios, con los pocos recursos que tenía a mano, logró saber cuál era el paradero de la adolescente, ya que la Policía nunca la ayudó.

“Fui a la comisaría y les dije que mi nena había desaparecido. No me quisieron tomar la denuncia, me dijeron que seguramente se había ido por un capricho adolescente”, relató.

La abuela había intentado comunicarse con su nieta, le mandaba mensajes y siempre recibía una respuesta, pero ella estaba segura -por el modo de escribir- de que no era P.C la que estaba del otro lado del WhatsApp. “Yo sabía que no era ella la que me contestaba”, aseguró.

Los días siguientes fueron caóticos. B.I caminó las calles de Mar del Plata mirando en cada esquina, le preguntó a los vecinos si sabían algo y le habló a todos sus contactos de Facebook para saber si su nieta había estado en la casa de algún conocido. Hasta que, finalmente, una joven le dio la respuesta que esperaba. Le dijo que había visto a la adolescente en un prostíbulo de Avenida Libertad, entre Francia y Don Bosco.

“Cuando me enteré de que mi nena estaba secuestrada, pensé que nunca la iba a ver más. Siempre pensé lo peor, pensé que me la iban a entregar en un cajón. No sé si fue mi valentía o qué, pero la rescaté yo. Yo la salvé”, expresó su abuela entre lágrimas en una entrevista exclusiva para TN.

La joven que le dio el dato de dónde estaba P.C, le pasó también un link de WhatsApp en el cual los secuestradores arreglaban encuentros sexuales con sus clientes y algunas de las mujeres que accedían a ejercer la prostitución. “Esta chica me dijo que no podía hablar, solo poner un emoji de dedito o una botellita, nada más”, le indicó. “Son gente muy peligrosa”, le advirtió.

“Me senté a pensar a ver qué podía hacer para rescatarla. Ahí se me ocurrió cambiar mi foto de perfil, me puse la de una mujer de 21 años con pollerita cortita y en pose, y me sumé al grupo”, contó. A los pocos minutos, un hombre le habló por privado. “En un momento empiezo a hablar con uno de los chicos. Me invita a un hotel, a un café, a drogarme. Yo todo le decía que sí. Después me dice que iban a hacer una ‘joda’ en Libertad al 4870?, relató. Con la dirección exacta de dónde supuso que estaba su nieta, decidió actuar.



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