Otra vez Central le pasó Fatura. Porque River se preocupó tanto por neutralizar a Jaminton Campaz, el verdugo en el último duelo en el Gigante de Arroyito, que volvió a descuidar su principal falencia, repetida y sin solución: la falta de gol.

Y es que ya no convierte ni de penal. Los dos gritos contra Belgrano, al cabo, fueron un oasis en el desierto goleador de un equipo que va, intenta, pero que no logra lo más importante: meterla en (y hasta apuntarle ) los tres palos. Porque Broun le atajó tres en la definición, Lanzini la mandó a las nubes y en Núñez la alegría del 9/12 se borró en los primeros segundos del domingo, con un Martín Demichelis que en una semana pasó de sacar pecho por haber ganado el mata-mata ante el Pirata a sufrir la tercera piña de eliminación directa en seis que disputó, esta vez en una semifinal de Copa Argentina que fue Canalla.

Desde el momento que se conoció que el CARC iba a ser su rival, en el River Camp se enfocaron en Campaz. Y la sorpresa en el 11 inicial tuvo un motivo: no volver a tropezar con la misma piedra. Con el debut oficial de Sebastián Boselli como lateral derecho y con Paulo Díaz como primer marcador central, el DT buscó -y encontró- mayor firmeza en los mano a mano y velocidad para cuidarle las espaldas al uruguayo.

Con Solari y Colidio en lugar de Nacho y Aliendro, intentó tener mayor fuego ofensivo pero no lo logró. La posesión casi constante en la primera hora de juego no se tradujo en situaciones peligrosas, salvo en tiros de media distancia

Es tan cierto que durante los 45’ iniciales River dominó a un Central que, picardía de Russo, arrancó con Campaz por derecha como que con el correr del partido empezó a desdibujarse en medio de los cambios.

Así, la película del River de Demichelis tuvo el mismo desarrollo y final que casi siempre en este semestre, con avances que se desvanecían mágicamente al entrar al área y que no reflejaban el hecho de que River sea el más goleador de la Tabla Anual 2023.

Es más, la única oportunidad clara de la primera parte fue un potente remate de DLC desde afuera del área que casi sorprende a Broun. El conmovedor despliegue del uruguayo, aun con molestias en el aductor, y la movilidad de Barco desaparecieron después del descanso. Porque de tanto tener la pelota sin saber cómo usarla, el juego del campeón se volvió monótono y repetitivo.

Para colmo, en la única que pudo aguantar Rondón -de flojísimo partido-, se la dejó servida a un Colidio que le dio pifiado. Y mientras River se volvía a perder cuerpo como le sucede últimamente, Central se animó: Campaz le ganó más seguido en las corridas a Boselli y los cambios de MD, una vez más, no funcionaron.

En el momento en que juntó a De la Cruz, Solari, Lanzini, Echeverri (ingresó con muchas ganas) y dejó a Colidio de #9 fue cuando el equipo quedó más partido y anémico arriba. Ahí Enzo Pérez, único encargado de la contención, lo pagó caro: además del enojo por el tardío retroceso de sus compañeros, tuvo que salir con una contractura en el gemelo que, según el grado, podría marcar su despedida de River.

En otra noche para el olvido, la paradoja es que a River no le alcanzó ni con un penal atajado por Armani, -algo tan reclamado al arquero- ni habiendo contenido a la flecha Campaz.

Su falta de contundencia lo condenó. Quizá Demichelis pueda tener revancha en el Trofeo de Campeones si es que Russo logra su primer título en el Canalla para coronar un año impecable, que incluyó un golpe Central a un River que viene tambaleando hace tiempo.