La actividad económica cayó en los últimos 4 meses y peligra la posibilidad de que el 2023 sea un año de crecimiento económico. La inflación del 2022 comenzó a dejar los primeros residuos y, si continúa la suba de precios al nivel del último mes (6%), la Argentina podría caer en su séptima recesión económica en tan solo 10 años.

«Hoy Argentina tiene una actividad que comienza a entrar en un estado recesivo con alta inflación. En la actualidad tenés un mercado laboral muy castigado por la informalidad, si bien hay un desempleo cercano al 7%, el problema es que el poder adquisitivo del salario está destrozado. Hoy el PBI per cápita es 6% abajo que en 2017 y tenés 40.000 empresas menos de las que tenías hace 10 años», afirmó el economista Esteban Domecq en La Nación+.

«El ajuste en el mercado laboral va por la precarización, mayor informalidad y un salario real que sigue cayendo. Hemos iniciado la séptima etapa económica recesiva en 10 años… 2012, 2016, 2018, 2019, 2020 y ahora de nuevo», señaló Domecq y luego agregó: «La recesión va a durar como mínimo hasta el segundo trimestre».

Luego, uno de los periodistas del canal, Francisco Olivera, aportó otros datos desalentadores y dijo: «Si mirás el 2022 hay un crecimiento del 5,2%, pero en septiembre comenzó a caer. Estamos por debajo del nivel de la actividad económica del 2017». Hoy los datos indican que en los últimos 40 años la economía argentina cayó 19 veces y en cambio en otros países de la región como Colombia, solamente en dos ocasiones.

«Los que paseamos por el Conurbano vemos que en los últimos 40 años la pobreza emerge. La actividad comenzó a decrecer por la crisis cambiaria y financiera, un mal programa con el FMI y un diseño económico incorrecto. Luego queda llegar a diciembre, pero el próximo gobierno no debe pensar que el problema es solo cambiario o inflacionario, sino el cuadro estanflacionario de fondo», insistió Domecq.

«El problema es que cada vez que queremos acelerar lo hacemos con consumo y gasto público con atraso cambiario, tasa de interés negativa, bombeo fiscal y monetario. Los países de la región y del mundo van con las cuentas de inversiones y exportaciones», concluyó el economista egresado de la UBA y consultor de empresas.