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POLITICA

27 de abril de 2023

Claudio Lozano: "Sectores opositores buscan un colapso económico"

El ex director del Banco Nación señala que el Frente de Todos terminó como "una variante del ajuste" y plantea "garantizar la democratización" de la coalición

Para el economista y ex director del Banco Nación Claudio Lozano los factores que motorizaron la corrida cambiaria de los últimos días son los mismos que eyectaron hace casi un año a Martín Guzmán del ministerio de Economía: escasez de dólares, la tendencia de distintos sectores a cubrirse en moneda extranjera frente a la incertidumbre, alta inflación y una pobreza en ascenso. “Esas condiciones se contuvieron, pero en ningún caso se las resolvió”, señala.

Entrevistado por La Capital, el dirigente de Unidad Popular advierte “la fragilidad que sigue teniendo la política gubernamental fruto de haber elegido una estrategia de subordinación al acuerdo con el Fondo y concesión los intereses de los grandes dueños de las divisas en la Argentina”, remarca que la principal falla política del Frente de Todos es que “en ningún momento se transformó en un acuerdo político que permitiera sintetizar una estrategia” y planteó “abandonar la idea del dedo” para elegir los candidatos de la coalición.

—¿Qué está motorizando la corrida cambiaria de estos días?

—Son las razones que hicieron posible la crisis cambiaria que eyectó a Guzmán, allá por junio del 2022: la escasez de reservas, en un contexto de alta inflación, un abultado endeudamiento externo y amenazas de dolarización de las carteras de los inversores, y un cuadro social complicado por una pobreza que subía. Esas condiciones, a las que les sumó la sequía, se han agravado. En todo caso, esas condiciones se contuvieron, pero en ningún caso se las resolvió. Estamos frente a tres cuestiones. La primera, es la fragilidad que sigue teniendo la política gubernamental fruto de haber elegido una estrategia de subordinación al acuerdo con el Fondo y concesión los intereses de los grandes dueños de las divisas en la Argentina: productores, exportadores y acopiadores de soja. La segunda es una coyuntura electoral, que agrava el cuadro de incertidumbre a aquellos que tienen posiciones en pesos. A eso se suman declaraciones irresponsables de una oposición política que con tal de mejorar su performance electoral dice barbaridades, como por ejemplo que van a unificar el mercado cambiario, reperfilar la deuda o dolarizar. La tercera es la interna palaciega con la que se puso en discusión al propio ministro de Economía.

—En este contexto de tantas restricciones, ¿qué medidas podría tomar el gobierno?

 

—Lamentablemente, el gobierno sigue buscando soluciones dentro del marco que eligió. Alberto Fernández y Martín Guzmán fueron muy ingenuos: creyeron que dándole algunas concesiones a los factores de poder en el marco del acuerdo con el Fondo iban a tener cierta convalidación de sus intentos de cierto pacto. Eso fracasó y debilitó al extremo a la Argentina, que subordinó al país a los dictados de un acuerdo nefasto que en realidad tenía implícito un shock inflacionario. La apuesta es un puente financiero, que es lo que le reclamaron Alberto Fernández y Massa a Joe Biden, y lo que están discutiendo los funcionarios de Massa con el Fondo Monetario Internacional: una renegociación del acuerdo con fondos frescos para estabilizar esta situación. Lo que también aparece con claridad con la visita de los funcionarios norteamericanos a la Argentina es que es un puente de doble mano. Podrían llegar recursos financieros para garantizar el final del gobierno y llegar a las elecciones, pero demandan la entrega de cuotas de soberanía en materia de defensa, Vaca Muerta, litio y la cuestión nuclear. La solución sigue siendo la misma: hay que tomar distancia del acuerdo con el Fondo y suspender los pagos, decretar la emergencia cambiaria, aplicar la ley penal cambiaria agravada para penalizar los comportamientos especulativos y poner en marcha un programa popular antiinflacionario que supone congelamiento de precios y recomposición de ingresos, para ampliar el mercado interno y evitar el derrumbe recesivo de la economía argentina.

   

—¿Qué cambió tras el renunciamiento de Alberto? ¿Es más que nunca el gobierno de Massa?

—Claramente, después del golpe de mercado en el cual salió Guzmán y entró Massa hubo un desplazamiento de la figura presidencial a cuestiones de carácter casi protocolar. Hubo un cambio en el esquema institucional de la conducción del gobierno y claramente Massa se instituyó como una suerte de ministro plenipotenciario con toda la potestad a la hora de la decisión. Ahora, como resultado del conflicto que hubo con Aracre hay una consolidación de Massa en el centro del tablero institucional y un desplazamiento aún mayor del papel del presidente en la gestión del gobierno. Es así, más allá de la escasa suerte que tiene para los argentinos Massa en la ejecución de su plan.

—Viendo la película larga, ¿qué falló en el Frente de Todos en estos cuatro años para llegar a esta situación?

—La principal causa es política. El Frente de Todos fue una inmejorable creación electoral. Fue un acuerdo que permitió canalizar la energía social para desplazar un gobierno desastroso como el de Macri, pero en ningún momento se transformó en un acuerdo político que permitiera sintetizar una estrategia. No hubo un ámbito que permitiera construirla. No ha existido en ningún lugar de la Argentina. Venimos de elecciones en Río Negro donde los componentes del frente participaron en diferentes lugares; lo mismo ocurrió en Neuquén. Claramente no hubo una síntesis política, eso debilitó la gestión del gobierno y lo hizo progresivamente quedar preso de la capacidad de presión de los factores de poder. Esto hace que termine como una variante del ajuste, cuando prometió ser una propuesta diferente frente al ajuste neoliberal.

—¿Cuál debería ser el rol de Cristina en este contexto?

—Cristina ocupa un lugar central como lideresa del movimiento popular en la Argentina. Creo que ella tiene dos opciones. Una es sintetizar con ella al frente la potencia electoral del frente. La otra es abandonar la idea del dedo, que ya ha tenido problemas serios, y garantizar que existe un debate en profundidad en el frente. El proyecto debe tener tres grandes objetivos: evitar el retorno del pasado, garantizar las condiciones políticas para cancelar el acuerdo con el Fondo y plantear una estrategia que permita colocar en el centro del dispositivo de política del futuro gobierno la recuperación de las condiciones de vida de la población.

—¿Si Cristina no es candidata va a participar de las Paso?

—Nosotros creemos que hay que garantizar la democratización del frente. Esa democratización debe servir para definir qué proyecto vamos a encarnar y con qué candidatos. En ese marco, Unidad Popular definió mi precandidatura presidencial.

   

Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital

—¿Cómo se encara una campaña con más de 100% de inflación interanual?

—Claramente, señalando que esto no tiene nada que ver con lo que dijimos que íbamos a hacer. El frente fue una experiencia exitosa en términos electorales y cumplió adecuadamente su papel durante la pandemia. Sin embargo, a partir de octubre del 2020 la decisión de buscar un acuerdo con el Fondo fue limitando progresivamente la política gubernamental y terminó en la situación en la que estamos hoy. La única manera de ir a la elección es diciendo que no tenemos nada que ver con esto. Como Unidad Popular desde que Massa asumió la gestión económica planteamos nuestra distancia con la gestión gubernamental y hemos venido señalando que la decisión de subordinar al país al Fondo, someternos a la extorsión de los dueños de las divisas y presentar esto como un programa de incremento exportador es una mentira falaz que nos llevó a la situación en la que nos encontramos.

—Algunas voces del debate económico plantean que según el resultado de las elecciones la situación puede derivar en un 1989. ¿Ve ese escenario?

—Esos economistas de los que vos hablás son los mismos que le pidieron al Fondo que no ayude a la Argentina, que dicen que hay que unificar el mercado cambiario, lo que significaría una devaluación salvaje, o que proponen una dolarización que implicaría un tipo de cambio de 10 mil pesos para resolver los problemas de la Argentina, en realidad buscan que el colapso ocurra ahora. Esto tiene dos objetivos. El primero es destruir las posibilidades electorales del Frente de Todos y garantizar el triunfo de la oposición. El segundo, por vía del colapso, es tratar de desarmar la capacidad de resistencia que una y otra vez ha mostrado la sociedad en la Argentina frente a políticas de ajuste que no tienen ningún destino.

   

Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital

—Como director del Banco Nación siguió de cerca el concurso de Vicentin. ¿Cuál es su mirada del trámite judicial en esta fase final?

—El trámite judicial es tortuoso, garantizado por un juez venal y vinculado a Vicentin, como el juez Lorenzini. En este marco, el único actor que ha venido cuestionando todo esto ha sido el Banco Nación. Esto hace que todavía existan condiciones para resolver esto bien. Esto significaría que el Estado argentino aproveche que el Banco Nación es el acreedor individual más importante, forzar las condiciones de inconstitucionalidad e ilegalidad de la propuesta de Vicentin, que se basa en vender su participación en Renova, para construir una compañía mixta, que implique la convergencia del Estado y los productores, en una empresa testigo del comercio exterior.

—Unidad Popular se sumó a la iniciativa Rosario Sin Miedo, impulsada por Ciudad Futura. ¿Se abre una oportunidad histórica para que un nuevo espacio político del que también participa el peronismo gane la ciudad?

—Hace rato que nuestros compañeros y compañeras —como Leticia Quagliaro, que es nuestra referente principal en la provincia— vienen trabajando con Ciudad Futura. En este contexto de deterioro general hay una necesidad de una renovación política en el país y en la ciudad de Rosario. Hay un final de etapa y queremos que Juan Monteverde sea intendente, así como creemos que es importante la posibilidad de un acuerdo con el Movimiento Evita para discutir la gobernación de Eduardo Toniolli. Trabajamos en esa dirección como trabajamos a nivel nacional para conformar un bloque dentro del Frente de Todos que encarne la posibilidad de alimentar un proyecto emancipatorio para nuestra sociedad.



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