El presidente Alberto Fernández se someterá en los próximos días a un bloqueo radicular para tratar los dolores provocados por la hernia de disco que se le detectó anoche en el Sanatorio Otamendi.

Según el parte oficial, firmado por el médico Federico Saavedra, el Presidente presentó "un cuadro de dolor lumbar agudo", por lo que se realizaron una serie de estudios que evidenciaron "una hernia de disco lumbar y por tal motivo se realizará un bloqueo radicular programado en 48/72 horas". Además, se le indicó "reposo y adecuar sus actividades en la Residencia presidencial de Olivos".

Una hernia de disco ocurre cuando el núcleo pulposo del disco intervertebral se desplaza, provocando cuadros de dolor agudo en la zona lumbar por la comprensión de uno de los nervios.

Según la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología, "posteriores al disco intervertebral se encuentran la médula y las raíces nerviosas que recogen la sensibilidad y proporcionan la movilidad a las piernas. Cuando el material del núcleo pulposo se hernia, puede comprimir estas estructuras neurológicas y producir dolor severo lumbar o a lo largo del territorio del nervio comprimido (a lo largo de la pierna), o incluso la pérdida de fuerza o la parálisis de algún músculo de la pierna o el pie".

Esta patología puede afectar a personas de todas las edades. Una de las señales más habituales en los pacientes es el dolor de cintura que se irradia a la pierna e incluso puede llegar hasta el pie. En el caso de los adultos mayores, ocurre por el desgaste del disco, mientras que los jóvenes suelen presentar una hernia de disco debido a un esfuerzo repetitivo.

El sobrepeso, los movimientos repetidos con cargas, la genética, el tabaco y el sedentarismo son factores de riesgo.

Tratamiento: bloqueo radicular

Este tipo de dolencias puede tratarse con analgésicos complementados por la inmovilización con faja lumbar para desinflamar la columna. También pueden indicarse sesiones de kinesiología.

Cuando estas medidas son insuficientes, se puede recurrir a un bloqueo radicular, como se le indicó al Presidente. Esto supone una infiltración de una considerable dosis de analgésicos en la zona afectada que se realiza en quirófano, guiado por radioscopía o tomografía.

Dependiendo del grado de la lesión, los efectos de este procedimiento pueden llegar a extenderse hasta un año y medio.